Germán Vera
Llevo dieciocho años en la empresa. Me siento conforme y muy a gusto. Es una empresa estable que sigue ofreciendo puestos de trabajo, siempre de acuerdo a como se va comportando el mercado. En todos estos años, y con un sólido presente, se ha demostrado su solvencia.
Siempre he desempeñado este puesto de trabajo. Aquí se plantea el día según la demanda del mercado y la planificación. Según lo previsto, se elabora, tanto a granel como en sacos, la cantidad que va a salir a la calle de millo y de pienso, para cabra u otro animal, y se envía. Tenemos que hacer la programación pensando también en los tiempos de entrega de cada jornada.
En el control le decimos al sistema informático cuáles son las materias primas a utilizar y las cantidades a mezclar. Todo con exactitud, la dosificación es automática. Intervenimos un poco más si tenemos que preparar piensos a medida, lo que sucede cuando el ganadero solicita un cereal puro -millo, maíz, cebada- con el fin de hacer sus propias mezclas según sus necesidades.
Estar tan próximos a nuestros clientes, física y geográficamente hablando, nos ayuda mucho a resolver las inquietudes de los ganaderos, quienes pueden venir a comentarnos sus necesidades. Nosotros podemos preparar fórmulas específicas casi inmediatamente. También revisamos la eficacia del producto mediante exhaustivos controles de calidad.
Tenemos materias primas de la mejor calidad y niveles de producción óptimos. Si no se produce más es por las limitaciones del mercado, que son las naturales, las que son propias de la tierra.