Arquitectura Bioclimática y Sostenibilidad.
Araceli Reymundo es arquitecta bioclimática especializada en eficiencia energética y sostenibilidad. Esta tinerfeña lucha por evolucionar su sector aportando su granito de arena con proyectos sostenibles basados en la enconaría circular, tanto para nueva planta como para rehabilitación.
Tu campo es la arquitectura bioclimática. ¿En qué consiste exactamente y por qué es esencial hoy en día?
Para mí la Arquitectura Bioclimática es el arte de “Climatizar con el Clima”. Es decir, debemos diseñar los edificios teniendo en cuenta el clima del entorno, haciendo una especie de análisis DAFO previo de la parcela y su entorno, siendo conscientes de sus debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades, de modo que el edificio favorezca el ahorro y la calidad de vida, mediante estrategias que no consumen energía. Estrategias como, por ejemplo, la adecuada orientación, priorizando el bendito sur, la acertada disposición del aislamiento térmico en la envolvente del edifico, muros y cubiertas, el tipo más adecuado de protecciones solares de los huecos, según el clima y la orientación de la fachada, el tipo de ventanas -material, tipo de apertura, tipo de vidrio, etc.- y hasta la elección de los sistemas activos como la instalación e integración de las EERR o la posible aplicación de domótica.
En las Islas Canarias tenemos todo un crisol de microclimas y hay que diseñar los edificios para sus especificidades. No pueden ser las mismas estrategias las que se apliquen al diseño de un edificio en La Esperanza, donde la severidad climática es invernal y hay un alto índice de humedad relativa, hay que captar sol casi todo el año y son precisos equipos activos para deshumidificar en invierno, que en Las Américas, donde la severidad climática es estival, hay que protegerse de la radiación solar casi todo el año y favorecer la ventilación cruzada.
Acumulas más de 30 años de trayectoria profesional. ¿Cómo ha evolucionado la arquitectura sostenible en las islas?
Pues veo de todo… Desde profesionales que escogen con acierto las estrategias más adecuadas, lamentablemente no muy numerosos, hasta los que sólo se ajustan a los requerimientos del Código Técnico de la Edificación, muchos de los cuales no son adecuados para el clima canario y sin embargo, debemos ajustarnos a ellos porque vienen de directivas Europeas a pesar de no hacernos justicia.
Una de las estrategias básicas para lograr edificios eficientes es que los espacios vivideros, básicamente dormitorios y cuartos de estar, se ubiquen en fachadas orientadas a sur donde se puedan abrir huecos estratégicos. Porque efectivamente, la acertada orientación del edificio puede suponer hasta el 60% del confort en su interior. Una ventana orientada a sur capta más radiación solar en invierno y es mucho más fácil de proteger en verano y es inconcebible que algo tan natural y tan de sentido común, que puede mejorar el confort y el ahorro energético, sea una estrategia tan desconocida tanto para las administraciones que encargan el planeamiento urbano, como para los proyectistas y los consumidores.
Si hubiera más cultura en este sentido, si la ciudadanía demandara más viviendas a sur, los promotores inmobiliarios tratarían de ofrecerlas y las encargarían a los técnicos. Por eso es muy importante favorecer la formación y la concienciación.
Durante tu carrera has realizado muchos proyectos… ¿Cuáles son los que te hacen sentir más orgullosa y por qué?
Pues me gusta diseñar edificios para personas que valoran este tipo de estrategias desde el principio, que no hay que consumir mucha energía en convencerles… Pero una vez terminado el edificio y habitado, comprenden aspectos que sobre el papel no tenían tan claros y esto refuerza los conceptos.
En la actualidad estoy también haciendo incursiones en la ordenación del territorio. Como ya he comentado, el diseño de un edificio bioclimático mejora el confort en su interior y ahorra energía en climatización; pero quien fija la ordenación de los volúmenes, la existencia o no de las posibles y valiosas fachadas sur, de los edificios es el planeamiento urbano.
Y si reflexionamos, un poco más allá, sobre las posibilidades que tiene Canarias de tratar de avanzar hacia la autosuficiencia energética y disminución de emisiones de CO2 para la lucha contra el cambio climático, también es importante disminuir las necesidades de uso de transporte, especialmente en vehículos privados donde solo viaja el conductor y en esto tiene mucho que ver el diseño del territorio.
Para ello hay que favorecer la mezcla de usos y el Km 0, es decir, que en territorios relativamente pequeños se aprovechen los recursos esenciales como la energía renovable, la gestión del agua (depuración y reutilización) la producción de alimentos, la gestión de los residuos y la mejora del parque edificatorio, ya que Canarias tiene uno de los parques inmobiliarios más ineficientes de Europa y hay mucho que hacer. En este sentido, a través de una metodología de equipos multidisciplinares y participación ciudadana, hemos hecho análisis de posibilidades de establecimiento de Ecoejes en el territorio canario, habiendo estudiado ya tres: Birmágen-Costa de Añaza (parte de los municipios de El Rosario y Santa Cruz), La Orotava y, el último que hemos presentado es el de La Laguna.
Creo que el análisis de Ecoejes constituiría una herramienta muy valiosa previa para la ordenación sostenible del territorio y la lucha contra el cambio climático.
¿Los materiales que empleas en tus proyectos suelen estar elaborados en Canarias?
Procuro que los materiales que escojo tengan la huella de carbono muy baja y que fomenten el empleo local. Pero es muy difícil conseguir productos para la construcción que se fabriquen íntegramente en Canarias dado que hay mucho suelo protegido y no es fácil conseguir materias primas.
¿Cómo te imaginas la evolución de la arquitectura canaria de aquí a 10 años vista?
Pues quisiera imaginármela adaptada completamente al clima en el que se encuentre y que huyamos de esa arquitectura de baja densidad diseminada por todo el territorio, que nos hace tan dependientes del vehículo privado y que resta eficiencia al transporte público.
Me gustaría que las ciudades se revitalizaran, se renaturalizaran -son necesarias más zonas verdes y más biodiversidad- para que atrajeran a la ciudadanía en vez de optar por seguir dispersándose por las zonas rurales buscando el verde.
Me gustaría que las zonas rurales próximas a los núcleos urbanos recibieran sus residuos orgánicos, los transformaran en compost y desarrollaran una producción alimentaria ecológica de proximidad para favorecer el Km. 0.
Me gustaría que no hubiese vertidos de aguas residuales a pozos ni al mar y que el agua se reutilizara, preferiblemente con sistemas de depuración natural que aprovechen la inclinación de nuestro territorio, que reduce el consumo energético en el proceso. Las depuradoras industriales consumen ingentes cantidades de energía y generan afecciones al paisaje -impactos, olores…- y al medioambiente en general.
Me gustaría, en definitiva, que respetemos nuestro territorio para conseguir establecer el equilibrio deseable en su capacidad de carga, porque esto nos beneficiaría a tod@s.
¿Qué mensaje lanzarías a las instituciones pertinentes en materia de arquitectura sostenible?
Creo que es necesaria la formación y la concienciación en la administración, entre los profesionales y la ciudadanía para que las decisiones finales que tomemos sean las más adecuadas para el cuidado y respeto por nuestro bello territorio y que esto debe comenzar desde las escuelas.
Santa Cruz de Tenerife a 3 de mayo de 2022