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INGRID SCHLESINGER

Hace poco más de veinte años vine de vacaciones a Fuerteventura desde Alemania, donde nací. Al volver a mi tierra les llevé a mis padres un souvenir muy especial:  un bote de mermelada de tuno indio de Bernardo´s. Tan solo estuve  una semana en Fuerteventura pero al volver a casa no podía dejar de pensar en aquella maravillosa isla y en la posibilidad de regresar para probar suerte.  Pensaba en que tal vez podría buscar trabajo en la fábrica de esa mermelada que tanto me había gustado. Por fin me decidí y me vine durante seis meses con la idea de que si me iba bien,  me quedaría.

Al llegar, lo primero que hice fue ir a Playa Blanca, al mercadillo donde compré la mermelada para informarme y buscar trabajo, pero no encontré la fábrica de aquella mermelada que nos gustó tanto. Habían pasado tres meses y yo estaba trabajando en una tienda. Recuerdo que entró una persona para comentar con mi compañera algo sobre una oferta de trabajo. Mi compañera declinó la oferta pero le planteó a aquel visitante que me ofreciera a mi el puesto de trabajo. Aquella persona era Bernardo, el propietario de la fábrica de mermeladas. Fue algo muy curioso. Desde aquel momento estoy trabajando aquí.

En aquellos años, cuando empecé, era una pequeña empresa familiar que desarrollaba su actividad en el anexo de la casa de sus dueños. Eran tiempos en los que todo se hacía artesanalmente. Cuando una empresa es pequeña hay que hacer de todo. Yo he hecho de todo: visité supermercados, hice repartos, estuve en la producción, incluso he ido a recoger tunos. A medida que la empresa ha ido creciendo, nos hemos ido formando y especializando en nuestros puestos de trabajo. Actualmente estoy en la oficina haciendo todo el papeleo. Soy administrativa y llevo la contabilidad.

Mermeladas Bernardo´s es como ‘mi bebé’. Conozco todas las áreas del proceso de producción ya que forma parte de mi vida. Venir a trabajar es algo natural para mí, no me imagino trabajando en otro sitio.

 

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