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LEANDRO JOSE RODRÍGUEZ DÉNIZ

Empecé a trabajar en Aguas de Teror en 2016, a raíz de unas prácticas profesionales como ingeniero, donde mi padre, Pepe, ha trabajado toda su vida. Aunque no había pensado que terminaría trabajando en el mismo lugar que mi padre, es algo que hoy en día valoro mucho. Lo que he vivido aquí no lo habría vivido en otras empresas.

Comencé realizando cualquier tarea que hiciera falta en la planta, con muchas ganas y entusiasmo. Además, puedo decir que gracias a mi padre he podido aprender mucho más a fondo sobre todos los procesos productivos, ya que él trabaja en contacto directo con toda la línea de producción. Sin duda, todo este conocimiento me ha ayudado a hacer mucho mejor mi trabajo.

Hoy en día desempeño mi puesto en el laboratorio, soy técnico de laboratorio y calidad. Me encargo de llevar a cabo todos los controles necesarios para garantizar la seguridad y calidad del producto, durante todo el recorrido desde la captación del agua hasta que se considera producto terminado y embotellado, que es el que llegará a las casas de las familias canarias.

Es una labor muy importante en Aguas de Teror, ya que la empresa se preocupa por ofrecer un producto de muy alta calidad para todos los consumidores, en sus diferentes formatos.

Recuerdo mi primer día, cuando me llevaron a la planta para presentarme al resto de compañeros. Yo ya conocía a todo el mundo porque desde pequeño mi padre me había llevado a las jornadas familiares que organiza Aguas de Teror.

Tengo muy buen recuerdo de uno de los viajes que se organizaron. Fuimos a Lanzarote, yo solo tenía 13 años, pero lo pasé genial porque conocí a los hijos de otros trabajadores y nos divertimos jugando en aquella pequeña aventura para nosotros.

Lo cierto es que Aguas de Teror siempre ha estado muy presente en mi vida, tengo muchos recuerdos alrededor de la empresa. Incluso cuando era niño, y venía con mis amigos a llenar agua de la fuente y comprar golosinas en la tienda de al lado.

Por eso aquí me siento como en casa, estoy a gusto. Me ha aportado mucho, un trabajo en el que me siento bien, y me da una estabilidad gracias a la cual estoy empezando a formar mi propia familia.

Sin duda Aguas de Teror me han dado una gran oportunidad personal y profesional, y me ha hecho sentirme parte de esta familia.