David Valle Fernández
Soy químico y tengo la responsabilidad de la organización de todo lo que hace en producción, en fabricación, y también sobre el trabajo que realizamos de investigación e innovación.
Nuestra materia prima fundamental es el aloe. Contamos con una finca propia que dispone de certificación ecológica. Tenemos plantas de aloe de excelente calidad. El clima es determinante para el aloe y, en ese sentido, las condiciones de Lanzarote son las mejores. Y cuando califico al aloe como excelente no es una frase hecha. Por exigencias de nuestros procedimientos, previamente enviamos muestras a analizar a laboratorios alemanes de referencia. Desde allí nos han confirmado que tenemos una cantidad muy alta de polisacáridos, que es la propiedad más importante del aloe. Por tanto, cuando decimos que son excelentes, no es gratuito. Podemos afirmar que están entre los mejores del mundo. Además, me he dedicado a constatarlo en estudios comparativos y he podido confirmarlo. No es menos cierto que hay otros de muy buena calidad, pero los nuestros son mejores.
El aloe es una planta muy generosa, ofrece oportunidades para hacer distintos productos. Nosotros trabajamos dos líneas de producto: cosmética y alimentación.
Para lanzar nuevos productos, trabajamos conjuntamente con la dirección y en el laboratorio a micro-escala. Vamos haciendo pruebas, testamos los productos, y cuando los tenemos definidos los sometemos a las pruebas de irritabilidad – estabilidad (para ver cómo actúan los conservantes) y el de vida útil, que es el que indica la caducidad del producto. Estos exámenes se hacen en laboratorios especializados. No sacamos nada al mercado hasta que está totalmente testado y aprobado.
En Lanzarote, la materia prima y el clima son perfectos. Hay que agradecer el hecho de que podamos producir de una manera sostenible los productos de alta calidad que tenemos hoy día en el mercado.