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JORGE LUIS NARANJO HENRÍQUEZ

Tengo la marca muy arraigada. Recuerdo de pequeño ver los carteles de Kalise cuando iba al estadio o cuando iba a la playa. Pasados los años, cuando terminé los estudios de ingeniería, vine a Kalise para coger unos datos para mi proyecto de fin de carrera y me ofrecieron trabajar aquí. Rechacé la oferta porque si me ponía a trabajar no podría terminar mi proyecto. La empresa me ofreció el turno de noche con la posibilidad de poder ocupar las horas de poco trabajo con mis tareas del proyecto final de carrera y lo acepté. Y así empecé, trabajando de noche, siendo responsable de la limpieza industrial de todas las líneas de envasado.

En aquella época se iniciaba el uso del AutoCAD, ampliamente utilizado en la arquitectura. Un día, cuando terminaba mi jornada laboral, vi a uno de los directores manejando unos recortables para definir como se podría modificar la instalación. Le dije que eso ya no se hacía así y le mostré cómo funcionaba ese programa informático. De la noche a la mañana me compró un ordenador y elaboré el plano de una línea nueva que había que instalar. Se quedó fascinado y empecé a colaborar con el equipo de daneses que trabajaba en ese proyecto. Hasta he elaborado diseños de helados con AutoCAD.

Seguí progresando y conociendo  la empresa mientras estuve haciendo sustituciones cuando los responsables de departamento se iban de vacaciones. Esto me permitió conocer todas las áreas del proceso. También trabajé como adjunto al jefe de ingeniería y mantenimiento. Una vez que mi jefe se jubiló, pasé a tener esa responsabilidad. Ahora soy jefe de la planta industrial, dando soluciones, que es lo que me gusta. Un valor muy importante que tiene nuestra compañía son las personas.

Tenemos una parte de la plantilla que lleva aquí muchos años. También está entrando gente joven, universitarios, estudiantes de FP. Y hay quienes como yo, vienen a hacer su trabajo final de carrera.

Kalise es una empresa relativamente grande que conserva el espíritu de una empresa familiar. Las decisiones no se toman fríamente. Se tiene en cuenta a las personas con su nombre y apellido y no como un número porque los directores conocen la trayectoria de cada una de esas personas. Es una empresa comprometida socialmente con el entorno, con la sociedad. Solo basta mirar los carteles en cualquier evento deportivo o solidario y comprobar que Kalise siempre está presente. Comprar un producto de Kalise es también, de alguna manera, apoyar esa actividad solidaria. También es ayudar a sostener los puestos de trabajo que genera la empresa, incluso la actividad de las pequeñas empresas que nos ofrecen sus servicios.

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